Una positiva evaluación realizó la Dra. Marcela González, Tesorera del Consejo Regional Puerto Montt, tras el término del Ciclo de Charlas en Salud efectuado en la capital regional de Los Lagos. En la instancia se abordaron temáticas vinculadas a la empatía médico-paciente, el autocuidado y su influencia en la prevención de enfermedades, y los impactos en salud derivados de la salmonicultura intensiva, crianza animal y otras actividades antropogénicas.

“El ciclo de charlas, efectuado en el hospital de Puerto Montt,  planteó temas del área de la salud con diversas visiones a fin de generar una instancia de difusión y de encuentro entre los distintos actores sociales. El Colegio Médico quiere aportar, dentro de esa mirada, para ir creciendo como comunidad”, señaló la facultativa que integró el comité organizador junto a la Dra. Katia Velásquez, Presidenta del Capítulo Médico Ancud.

Para concretar esta iniciativa se invitó a connotados especialistas: Dra. Jessica Sapunar, Psico-oncóloga Jennifer Middleton y Dr. Andrei Tchernitchin; quienes concitaron la atención de más de un centenar de asistentes que participaron de las tres jornadas.

Charlas Capítulo Médico Ancud

Liderado por la Directiva del Capítulo Médico Ancud, las conferencias públicas y abiertas a la comunidad, se realizaron simultáneamente en la ciudad chilota, donde  colegiados, profesionales del área de la salud, vecinos y dirigentes sociales escucharon y compartieron sus opiniones acerca de los temas expuestos.

Uso de antibióticos en salmonicultura intensiva

El especialista en toxicología ambiental y presidente del Departamento de Medio Ambiente del Colegio Médico de Chile, Dr. Andrei Tchernitchin, fue el encargado de cerrar el Ciclo de Charlas en Puerto Montt, con la ponencia “Salmonicultura, crianza animal y otras actividades antropogénicas: Impactos en la Salud”.

Durante su relatoría el también profesor titular del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, expuso que “los salmones son cultivados en volúmenes muy pequeños de agua para cada uno, o sea,  permiten mucho más salmones por metro cúbico de agua que lo que se hace en Noruega, por ejemplo, donde está muy bien normado.  Y eso significa que se facilitan las epidemias o la infección de salmón a salmón, y por lo tanto se produce con frecuencia enfermedades virales (como el ISA) y bacterianas. Por lo tanto tienen que usar niveles altos de antibióticos, que no serían necesarios si la concentración de salmones en agua hubiera sido menor”, indicó el Dr. Tchernitchin.

Otro factor es la resistencia a los antibióticos que se produce con el tiempo, “no sólo los gérmenes en el salmón sino también los gérmenes en el agua y otros que se diseminan. Si son resistentes a los antibióticos será muy difícil tratar una enfermedad que es promovida por el crecimiento de estos gérmenes. Por lo tanto cada vez hay menos posibilidades de encontrar un antibiótico para el tratamiento y eso es peligroso” puntualizó el facultativo.